Los líderes y graduados del programa comparten un sentido de responsabilidad con sus comunidades rurales, impulsados por el deseo de construir pueblos más resilientes a través de un gran número de agentes de cambio. La responsabilidad vecinal define el impacto del programa y garantiza su éxito futuro. Los estudiantes se inscriben no solo para obtener un título, sino para cuidar de las comunidades que consideran su hogar.
“Imagínense si este programa no existiera”, dice Gair. “Habría aproximadamente 100 personas menos en la fuerza laboral. Ha sido un punto de inflexión para esta región”.
Los marcos y las habilidades que han adquirido en el programa son cruciales para crear el mundo que imaginan: uno compasivo y justo que ayude a quienes lo necesitan. Aunque 100 graduados puedan no parecer muchos para los urbanitas, el efecto dominó está transformando las comunidades montañosas de Colorado desde adentro.
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